Antioxidantes en complementos alimenticios pueden generar radicales libres convirtiendo sus efectos pro-oxidantes
En los últimos años, ha crecido el interés de los consumidores por complementos alimenticios con propiedades antioxidantes.
Los antioxidantes son conocidos por su capacidad para reducir o prevenir el daño celular que ocasionan los radicales libres. Sin embargo, estos mismos antioxidantes pueden actuar de manera opuesta, es decir, con efectos pro-oxidantes. Esto sucede cuando se encuentran en concentraciones elevadas de metales pesados o en ambientes alcalinos extremos. Estos pueden generar radicales libres convirtiendo sus efectos en dañinos, en lugar de positivos para nuestro cuerpo.
La popularidad de los productos “détox”
Según el Informe Científico de la AESAN-2022-0055 del 29/06/2022 (en relación a la evaluación del riesgo de la ingesta inadecuada de minerales antioxidantes en complementos ). De los 509 complementos alimenticios notificados en España desde 2007 hasta 2021 que contienen “antiox” o “detox” en su nombre comercial. Además cerca de un 40 % han sido notificados en los últimos 5 años. Muchos de estos complementos contienen metales divalentes (cobre, manganeso, selenio y zinc) en su composición, así como otros compuestos y extractos de plantas muy diversas.
Los metales que menciona la AESAN en su informe ayudan a la protección de las células frente al daño oxidativo actuando como antioxidantes. Y cuentan con la aprobación de propiedades saludables relacionadas con la protección de las células al daño oxidativo en el marco Reglamentario Europeo (CE) Nº 1924/2006 (UE, 2006a).
El tomar complementos alimenticios, así como los alimentos enriquecidos con estos minerales en las condiciones establecidas por la normativa europea y por personas sanas es completamente seguro. Sin embargo, bajo determinadas circunstancias como son consumo de dosis elevadas, cambios en el pH o la presencia de determinadas sustancias, puede tener efectos pro-oxidantes.
Es importante destacar que estos efectos pro-oxidantes son poco comunes en una dieta equilibrada y saludable. De hecho, los alimentos ricos en antioxidantes, como las frutas, verduras, nueces y semillas, son fundamentales para mantener una buena salud y prevenir enfermedades crónicas. En caso de mujeres embarazadas o lactantes, niños, ancianos y personas con determinadas patologías, solo deben consumirse complementos tras haberlo consultado con un profesional sanitario.
Minerales en Complementos alimenticios
Las cantidades máximas de minerales que se podrían usar en los complementos alimenticios por dosis diaria de consumo recomendada por el fabricante. Así como la que se podrían añadir a los alimentos. Se deberían establecer teniendo en cuenta los niveles máximos de seguridad en la ingesta de vitaminas y minerales a partir de otras fuentes de alimentación. Tal y como prevé la Directiva 2002/46/CE sobre complementos alimenticios y el Reglamento (CE) 1925/2006, sobre la adición de vitaminas, minerales y otras sustancias.
La AESAN ha solicitado al Comité Científico que realice una evaluación del riesgo de la ingesta inadecuada de minerales antioxidantes como complementos alimenticios que pueden dar lugar a efectos pro-oxidantes. Teniendo en cuenta las características de la dieta de la población en España propensa a consumir este tipo de productos y considerando que los límites de ingesta diaria recomendada pueden ser fácilmente superables. Se debe a la gran cantidad de productos “détox” que se encuentran en el mercado.
Así por ejemplo para el caso del zinc, se produce un déficit en adultos españoles, ya que más de un 60 % los varones y más de un 40 % de las mujeres ingieren zinc insuficientemente. Por lo tanto podemos concluir que la toma de complementos alimenticios por personas sanas que estén enriquecidos con cobre, manganeso, selenio y zinc en las condiciones establecidas por la normativa europea son completamente seguros.
Por lo tanto podemos concluir que la toma de complementos alimenticios por personas sanas que estén enriquecidos con cobre, manganeso, selenio y zinc en las condiciones establecidas por la normativa europea son completamente seguros y solo bajo determinadas circunstancias tiene un efecto pro-oxidante dependiendo de diversos factores como son: la dosis (cantidad ingerida), el tipo de antioxidante y los componentes de los alimentos en la que se encuentre.
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