En un mundo cada vez más comprometido con la sostenibilidad, la alimentación desempeña un papel clave en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. La forma en que producimos, consumimos y gestionamos los alimentos tiene un impacto significativo en el medio ambiente, la economía y la sociedad. En este contexto, el Basque Culinary Center, a través de su centro tecnológico BCC Innovation y con el apoyo del Gobierno Vasco, ha lanzado la «Guía de Buenas Prácticas en Alimentación» para ofrecer pautas concretas que nos ayuden a ser parte del cambio.
Alimentación consciente con impacto global
Cada elección alimentaria que hacemos cuenta. Desde el origen de los productos hasta cómo los preparamos y desechamos, todos estos pasos influyen en la sostenibilidad global. Esta guía no solo destaca la importancia de la alimentación en la lucha contra el cambio climático, sino también su papel en la mejora de la salud y el bienestar de las personas.
Claves de la guía para un cambio positivo
1. Selección de Ingredientes: Productos Frescos, Locales y de Temporada
Elegir alimentos frescos, de proximidad y de temporada es una de las formas más eficaces de reducir nuestra huella de carbono. Los productos locales no solo minimizan el impacto ambiental asociado al transporte, sino que también apoyan a los agricultores y productores de la zona.
Por ejemplo, consumir frutas como naranjas o mandarinas en invierno, cuando están en su mejor momento, garantiza un aporte máximo de nutrientes y reduce la necesidad de cultivos forzados o importados.
2. Reducción del Desperdicio Alimentario
El desperdicio alimentario representa un problema global que afecta tanto a los hogares como a las empresas. Según datos de la FAO, aproximadamente un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial se pierden o desperdician cada año.
Recomendaciones clave:
- Planificación: Elaborar un menú semanal y comprar solo lo necesario evita excedentes.
- Aprovechamiento: Convertir las sobras en nuevas recetas, como sopas o ensaladas, puede marcar una gran diferencia.
- Almacenamiento: Utilizar correctamente el frigorífico y congelador para prolongar la vida útil de los alimentos.
3. Uso Eficiente de Recursos Naturales
La cocina también puede ser un espacio donde implementar medidas sostenibles. Acciones como cocinar con tapas para reducir el consumo de energía, utilizar electrodomésticos de bajo consumo y moderar el uso de agua tienen un impacto positivo.
Por ejemplo, cerrar el grifo mientras se lavan los alimentos puede ahorrar hasta 15 litros de agua al día.
4. Gestión Responsable de Residuos
Adoptar prácticas de reciclaje y compostaje es esencial para reducir los desechos que terminan en los vertederos. La elección de envases reciclables y reutilizables, así como la minimización del uso de plásticos de un solo uso, también son acciones importantes.
Un ejemplo de compostaje doméstico es la transformación de restos de frutas y verduras en abono para plantas, cerrando el ciclo natural de los nutrientes.
Iniciativas y beneficios para un consumo responsable
Una práctica tradicional que está ganando relevancia es la elaboración de conservas caseras. Aprovechar los excedentes de productos de temporada no solo reduce el desperdicio, sino que también asegura la disponibilidad de alimentos de calidad durante todo el año.
Donación de Alimentos
En muchas comunidades, la donación de alimentos excedentes a bancos de alimentos u organizaciones sin ánimo de lucro es una solución viable y solidaria. Esta acción no solo combate el desperdicio, sino que también contribuye a la lucha contra el hambre.
Impacto colectivo
La «Guía de Buenas Prácticas en Alimentación» pone de manifiesto que cada individuo tiene el poder de generar un cambio significativo. Si todos adoptamos hábitos sostenibles en nuestra rutina diaria, no solo contribuiremos a la protección del medio ambiente, sino que también impulsaremos sistemas alimentarios más resilientes y equitativos.
Con iniciativas como esta guía, el compromiso con los ODS se vuelve más tangible y accesible para todos. Alimentarnos de manera consciente es una forma poderosa de cuidar de nuestra salud, apoyar a las comunidades locales y proteger el planeta para las futuras generaciones.
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