Los complementos alimenticios han ganado popularidad como parte de la rutina diaria de muchas personas, prometiendo beneficios que van desde una mejor digestión hasta un sistema inmunológico más fuerte. Sin embargo, con esta creciente popularidad también han surgido numerosos mitos que pueden confundir a los consumidores y llevarlos a expectativas poco realistas o al uso incorrecto de estos productos.
En este artículo, desmitificaremos algunos de los mitos y realidades más comunes sobre los complementos alimenticios y examinaremos las verdades respaldadas por la ciencia, para que puedas tomar decisiones informadas sobre tu salud y bienestar.
Los complementos alimenticios son un complemento a un estilo de vida saludable, y un estilo de vida saludable no puede basarse en el consumo de los complementos alimenticios.
El objetivo básico de los complementos alimenticios es aportar nutrientes que en momentos puntuales o por circunstancias especiales no se estén consumiendo en cantidades suficientes.
Actualmente existe una gran variedad de complementos alimenticios con distintos formatos, siendo algunos de ellos los siguientes:
- Cápsulas
- Tabletas
- Comprimidos
- Jarabes
- Suspensión
- Emulsión
- Jaleas
- Geles
- Barras
- Bebida (polvo para reconstrucción o líquido)
Mitos y realidades:
Mito: Todos los complementos alimenticios pueden ser consumidos por cualquier persona.
Realidad: Cada consumidor tiene unas necesidades específicas y la elección de sus complementos alimenticios debe adaptarse a ellas.
Mito: El uso de colágeno solo es moda.
Realidad: A partir de los 25 años, la producción de colágeno de forma natural disminuye, por lo tanto, es interesante incluirlo en la dieta diaria.
Mito: Los altos consumos de vitaminas causan sobredosis.
Realidad: El cuerpo absorbe los minerales y vitaminas necesarios para su correcto funcionamiento, en caso de producirse un exceso de las mismas, el cuerpo las desechará por la orina.
Mito: Las vitaminas engordan.
Realidad: Las vitaminas y minerales son micronutrientes indispensable para el cuerpo, que no aportan ningún tipo de calorías para el cuerpo. De hecho, como contribuyen al correcto funcionamiento del organismo, ayudan a los procesos metabólicos del cuerpo como pueden ser el de convertir los carbohidratos y las grasas en energía.
Mito: Los complementos alimenticios pueden reemplazar la alimentación tradicional.
Realidad: En ningún caso los complementos alimenticios pueden reemplazar una alimentación tradicional, que como su nombre indica, su función es complementar a la misma. También, para mantener una buena salud, es necesario para el cuerpo realizar procesos como pueden ser masticar o la producción de saliva.
Mito: Consumir complementos alimenticios con proteína puede causar daños en el riñón.
Realidad: Todo en exceso es malo, durante la digestión de la proteína esta se va degradando hasta formar aminoácidos y a la vez producen amoniaco, sustancia que el cuerpo convierte en urea. Esta sustancia va a los riñones para ser excretada, un riñón sano nunca tendrá ningún problema en excretar esta sustancia.
Mito: Los complementos alimenticios solo están indicados para deportistas.
Realidad: Hoy día existe una amplia variedad de complementos alimenticios que pueden ser de ayuda en la vida cotidiana de personas no deportistas. Siempre combinados con un estilo de vida saludable, los complementos alimenticios ofrecen muy buenos resultados.
Como hemos mencionado antes, cada persona tiene unas necesidades únicas, recomendamos consultar con un especialista experto en complementos alimenticios antes de consumirlos. Analizando el estilo de vida de cada uno e identificando las necesidades personales de cada uno.
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